En el dinámico escenario del sector de energía e hidrocarburos, la función de Compliance surge como un pilar fundamental con la finalidad de asegurar la integridad, ética y el cumplimiento normativo. Este ámbito abarca desde la exploración y extracción hasta la distribución y consumo, situándose como terreno propenso a desafíos regulatorios tanto a nivel nacional como internacional.
Las regulaciones nacionales en el sector energético desempeñan un papel crucial en la creación de un marco legal que garantice seguridad, eficiencia y sostenibilidad. Destacan, entre ellos:
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), encargado de la política energética y medioambiental en el país. A través de su Dirección General de Política Energética y Minas, el MITECO desempeña un papel crucial en la regulación y supervisión de la industria de hidrocarburos.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), un organismo independiente cuya misión abarca la promoción y garantía de la competencia efectiva en todos los mercados y sectores económicos, incluyendo el de los hidrocarburos. Supervisa la competencia y regula las actividades de los operadores en el mercado.
A pesar de su absorción por la CNMC en 2013, es pertinente mencionar la relevancia histórica de la Comisión Nacional de Energía (CNE) en la regulación del sector energético, incluyendo los hidrocarburos, antes de la creación de la CNMC.
Estos organismos colaboran conjuntamente para asegurar el cumplimiento de las normativas y regulaciones relacionadas con la exploración, extracción, transporte, almacenamiento y comercialización de hidrocarburos en España.
A nivel internacional, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) juega un papel crucial en la regulación de la producción y precio del petróleo a nivel global. Asimismo, instituciones como la Agencia Internacional de Energía (AIE) trabajan para promover la seguridad energética y colaboración internacional para abordar los desafíos energéticos comunes.
Un efectivo Sistema de Gestión de Compliance en el sector de energía e hidrocarburos implica la adaptación y cumplimiento de estas regulaciones nacionales e internacionales, incluyendo la presentación de informes, transparencia financiera y una gestión de riesgos ambientales adecuada y eficaz.
La función de Compliance en el sector de energía e hidrocarburos va más allá de cumplir con leyes y regulaciones; implica un compromiso profundo con la ética, sostenibilidad y responsabilidad social. Las empresas que reconocen la importancia de esta función no solo evitan riesgos legales y financieros, sino que también contribuyen al desarrollo sostenible y a la seguridad energética global. La adaptabilidad a cambios normativos y la anticipación de tendencias emergentes son cruciales para mantener la integridad y éxito a largo plazo en este sector dinámico y estratégico.
La creciente conciencia pública sobre el impacto ambiental y social de las operaciones empresariales ha colocado la responsabilidad social corporativa (RSC) en el centro de la agenda empresarial. Las empresas del sector de energía e hidrocarburos están adoptando estrategias de RSC para mitigar los impactos negativos y contribuir al desarrollo sostenible y colocar su actividad económica empresarial no solo dentro de los marcos normativos si no también convirtiéndose en agentes activos aportando valor al sector.
El cumplimiento normativo ahora incluye no solo la adhesión a leyes y regulaciones, sino también la integración de prácticas empresariales éticas y sostenibles. Programas de inversión social, reducción de emisiones de carbono y compromisos con agentes locales son ejemplos de cómo las empresas buscan equilibrar sus objetivos comerciales con el bienestar social y ambiental.
Con el creciente énfasis en la transición hacia fuentes de energía más limpias, la función de Compliance en el sector de energía e hidrocarburos ahora abarca la incorporación de energías renovables. Las regulaciones gubernamentales y acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, están impulsando a las empresas a diversificar sus carteras hacia tecnologías más sostenibles.
El cumplimiento normativo implica no solo la adopción de energías renovables, sino también la gestión adecuada de la transición para garantizar la estabilidad económica y el suministro energético continuo. Las empresas que lideran este cambio no solo se alinean con las expectativas y expectativas del mercado, sino que también cumplen con las demandas regulatorias para reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables.
El Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas han transformado la manera en que las empresas del sector energético abordan las preocupaciones medioambientales. Estos acuerdos buscan limitar el aumento de la temperatura global y promover prácticas sostenibles. Las empresas deben ajustar sus estrategias de negocio para cumplir con estándares más estrictos de reducción de emisiones de carbono y desarrollo de fuentes de energía renovable.
El reto de las empresas que buscan el cumplimiento normativo no debe poner el foco solo en cumplir con las regulaciones específicas de su industria, sino también participar activamente en iniciativas colaborativas que busquen soluciones conjuntas para cuestiones clave, como la seguridad en el suministro, la reducción de emisiones y la gestión sostenible de los recursos naturales.
El panorama futuro de la función de Compliance en el sector de energía e hidrocarburos se ve moldeado por diversas tendencias. La descarbonización de la economía, impulsada por la creciente conciencia sobre el cambio climático, está dando lugar a regulaciones más estrictas y oportunidades para el desarrollo de tecnologías limpias.
La digitalización y la automatización están transformando la forma en que se recopilan y analizan datos, lo que implica una mayor necesidad de medidas de ciberseguridad y protección de la privacidad para cumplir con las regulaciones relacionadas con la gestión de datos.
Además, la presión de los inversionistas y consumidores por prácticas éticas y sostenibles está llevando a las empresas a adoptar enfoques más holísticos hacia la función de Compliance, incorporando la ética empresarial y la responsabilidad social corporativa en su Estrategia Empresarial.
Antonio Palazón Vergara | Compliance Officer de Grupo Viroque