Los accidentes sin luz natural son el 16% del total de siniestros y en los que no hay luz natural ni artificial en la vía, el 12,5%.
Uno de cada tres accidentes de tráfico se produce por visibilidad limitada o por iluminación deficiente, como se desprende del estudio realizado por Fesvial y Lumileds, ‘Efectos de la iluminación deficiente en la siniestralidad vial’, presentado este jueves en Madrid con el la finalidad de arrojar luz sobre los siniestros de tráfico y consecuencias que se producen por la concurrencia de una mala iluminación.
Por tipología de accidentes, los siniestros que se producen con iluminación artificial de la vía (sin luz natural) suponen un total de 75.537 siniestros, el 16% del total; mientras que los accidentes que se producen sin iluminación (sin luz natural ni artificial de la vía) llegan a los 58.714 siniestros, el 12,5% de total; seguidos de los que se producen con meteorología adversa (lluvia fuerte, granizo, nieve o niebla), que alcanzaron los 48.817 accidentes, el 10,2% del total.
Como ha explicado en rueda de prensa el director técnico de Fesvial, José Ignacio Lijarcio, los accidentes de tráfico por visibilidad limitada o iluminación deficiente «ocurren poco, pero cuando ocurren son totalmente mortales y lesivos».
Al respecto, el estudio precisa que, entre 2017 y 2021 –periodo analizado en base a los datos de accidentes de la Dirección General de Tráfico (DGT)– los accidentes por iluminación deficiente han supuesto entre el 35% y el 37% de los accidentes y las víctimas. En el caso de los accidentes sin iluminación (ni natural ni artificial), el porcentaje de fallecidos es del 2,6%, el doble que se registra en el global de los accidentes de tráfico, añade el estudio.
En cualquier caso, Lijarcio ha destacado cómo «el comportamiento de los conductores mejora mucho cuando la meteorología es adversa», pues la mortalidad debido a los fenómenos meteorológicos adversos (0,7%) es menor que la que se produce por la falta de iluminación natural o artificial (3,4%) o no emplear el alumbrado reglamentario (4,2%).
El estudio añade que «cuatro de cada diez fallecidos por problemas de visibilidad restringida son peatones». En particular, «uno de cada tres fallecidos con iluminación artificial y uno de cada cuatro con meteorología adversa», ha precisado Lijarcio lo que prueba, a su juicio, que los accidentes por iluminación deficiente son especialmente letales para los peatones.
El estudio de Fesvial y Lumileds también clasifica la siniestralidad vial en torno a seis categorías: accidentes sin iluminación; accidentes con iluminación artificial (sin luz natural pero con luz artificial); accidentes con metereología adversa; accidentes con visibilidad restringida; accidentes no uso de alumbrado reglamentario; accidentes con infracción por alumbrado, una clasificación que conforma lo que han denominado ‘Accidentes con visibilidad limitada por iluminación deficiente’ (AVLID).
Al respecto, los turismos representan el 60,1% de los vehículos implicados en el primer tipo de accidente; mientras que las motocicletas y ciclomotores se concentran en el segundo (27,2%). Los turismos (46,5%), los ciclomotores y motocicletas (37%) y microbuses y autobuses (4,2%) se concentran en el caso de los accidentes con meteorología adversa mientras que los accidentes con visibilidad restringida concentran a un 73,9% de turismos.
Las bicicletas y vehículos de movilidad personal (VMP) tienen una presencia destacada en los accidentes por el no uso de alumbrado reglamentario (20,4%) o por infracción de alumbrado (15%), porcentajes que corresponden fundamentalmente a bicicletas puesto que los VMP se registran desde el año 2020.
En cualquier caso, el director técnico de Fesvial ha defendido que España ha superado los «grandes problemas» de seguridad vial por lo que el objetivo actual no es centrarse en los datos macro, sino buscar soluciones para problemas «más micro», como es el caso de la iluminación deficiente en el parque nacional de vehículos.
En este contexto, Fesvial y Lumileds han realizado su investigación mediante el análisis de la base de los datos de la DGT, que incluyen microdatos que reflejan cómo la visibilidad limitada y la iluminación deficiente han sido un factor concurrente en los últimos años.
Por ello, el estudio busca, como ha destacado Lijarcio, no solo analizar los accidentes de los últimos cinco años, sino realizar también una proyección de siniestros entre el año 2022 y 2031 para descubrir «qué va a pasar si no se hace nada» y, a su vez, conocer las deficiencias detectadas en las inspecciones técnicas de vehículos por mala iluminación.
«Si no hacemos nada, más de 6.600 personas morirán en está decada en las carreteras», ha sentenciado Lijarcio, al hacer alusión a las previsiones para el periodo comprendido entre 2022 y 2031.
Por ello, aconseja a los conductores emplear medidas como la inspección visual o reemplazar las lámparas por pares mientras que pide a la administración y colectivos relacionados con estos siniestros informar y sensibilizar, con especial foco en el papel de las autoescuelas, además de reforzar las campañas de la Dirección General de Tráfico o proporcionar en las ITV’s información y recomendaciones a los vehículos, entre otras demandas.
CLAVES PARA MEJORAR LA ILUMINACIÓN DE LOS VEHÍCULOS
Tras la presentación del estudio, se ha realizado una mesa redonda para identificar las claves para la mejora de la iluminación de los vehículos, con la participación del director gerente de AECA-ITV, Guillermo Magaz; la directora corporativa de la Asociación de Talleres de Automoción (Asetra), Ana Ávila; el presidente de la Federación Española de Empresarios de Talleres de Automoción, Ramón Marcos, y la responsable de marketing de Lumileds, Ana Martín.
«Somos el segundo país con el parque más antiguo de Europa», ha señalado Magaz, ya que los vehículos españoles «tienen 14,9 años de media de antigüedad». En particular, el director de AECA-ITV ha destacado que, aunque los defectos por emisiones contaminantes ocupan el primer puesto de fallos detectados por la ITV, los defectos graves de iluminación están presentes en gran parte del parque.
En este sentido, el problema, como ha señalado Magaz, es que, aunque el «50% de los defectos graves de iluminación están en los focos, las luces de cruce y carretera y los indicadores de dirección, los más importantes y fáciles de detectar por el usuario», la población todavía conduce vehículos que no pasan la ITV y que «son una bomba de relojería».
De este modo, factores como el reglaje son fundamentales, ya que «si los faros están muy altos deslumbran a otros conductores y si están muy bajos disminuyen la visibilidad», según ha indicado Ávila. Además, que los faros estén sucios reduce «hasta un 28% la efectividad luminosa» y la falta de un voltio en un cable defectuoso «llega a disminuir hasta un 25% la visibilidad».
En este contexto, los expertos han coincidido en la idea que «los usuarios tienen que tener más conciencia del mantenimiento del vehículo», como ha destacado Martín. Sin embargo, como ha indicado Marcos, el problema radica en que los talleres mecánicos dependen de lo que los usuarios les piden. «El usuario muchas veces es inconsciente del peligro que tiene circular con un vehículo en determinado estado y, a pesar de que se le aconseje desde el taller, lo que perciben es que quieres facturar más», ha lamentado.
Por todo ello, los expertos han coincidido en la idea de que hay que concienciar y formar a la población, además de incrementar las sanciones frente a aquellos que no cumplan con la legislación en vigor. «La conciencia no solo es formar, también es sancionar, porque somos latinos y funcionamos a base de sanciones», ha concluido Magaz.
EUROPA PRESS